La necesidad de reforzar la vigilancia en todo el país, debido a un ya inquietante incremento de la inseguridad, requiere de esfuerzos muy concretos, en una dirección correcta. Llama la atención el anuncio de la dirección de Tecnología y Comunicaciones del Ministerio de Seguridad, sobre la celebración de una licitación para instalar cinco mil cámaras de vigilancia, no solo en la ciudad capital, sino en el interior del país. Y decimos que llama la atención, porque este apoyo para captar y documentar con filmaciones hechos delictivos parece ir en contraposición con la real necesidad que tiene nuestro sistema de vigilancia: trabajar en la prevención del delito. ¿Por qué? Porque un gasto a todas luces millonario, como el que debe ser la adquisición de este sofisticado equipo, puede muy bien ser orientado hacia el reforzamiento de las políticas que ya tiene y desarrolla la Policía Nacional, haciendo mayor énfasis en su diversificación, acentuando estos programas en sectores en riesgo social, dirigiéndose a la niñez y la juventud en estas condiciones. ‘Educa al niño, y no castigarás al hombre...' ¡Qué sabios son los adagios de nuestros abuelos…! Bajo esta premisa de trabajo, se cambian y se salvan vidas con mucha más efectividad, que poniendo cámaras que solo servirán para decirle a la Policía quién comete un delito. Y que se entienda que es necesario mantener vigilancia 24/7 en todo el país; pero un poco de trabajo social puede ser más efectivo y económico que la mayor tecnología del mundo.
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