Cepillando el lodo con una escoba todavía lozana, un fornido empleado de una tienda en el barrio de Condado del Rey se queja de haber jurado que no lo haría más. Cuando pensaba que no volvería a ocurrir, en menos de una semana dos tardes lluviosas inundaron el local en el que trabaja, el de al lado y el de más arriba. Al menos 25 autos también se llenaron de agua. Las autoridades quedaron en shock .
Asentado en el límite entre Amelia Denis de Icaza, Betania y Ancón, el barrio es el mejor (o el peor) ejemplo de cómo la ciudad es alérgica a la lluvia aunque llueve el 60% del tiempo. No hay infraestructura que se trague el agua sin poner en peligro a la gente y sus casas, y no hay sistema que responsabilice a las constructoras y saque del anonimato a las autoridades.
‘En Condado del Rey no ha habido supervisión (de las autoridades), y definitivamente es por eso que han ocurrido las inundaciones', sostiene con un halo de mea culpa Djurdica Kuntich, presidenta de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos.
El barrio se inundó hace una semana porque los restos de un árbol de cuatro metros obstruyeron la salida del agua de una quebrada, entubada, según el Ministerio de Obras Públicas (MOP), ‘con un material poco adecuado'.
El caudal forma parte del río Abajo, que atraviesa de manera transversal la ciudad.
VENECIA A LA PANAMEÑA
Según el ministro de Obras Públicas, Ramón Arosemena, también han encontrado sedimentos y residuos de tierra utilizada para rellenar proyectos obstaculizaron el agua que terminó en la calle, convertida en una Venecia en el trópico, y en una plaza comercial cuyos estacionamientos colapsaron en 2012 y se ‘tragaron' a un camión recolector de basura.
Es que el barrio vive una explosión inmobiliaria y comercial: se construye una decena de plazas y, según la Junta Comunal de Ancón, en los próximos meses se entregarán unas 5 mil unidades de viviendas, cuyo precio promedio por metro cuadrado roza los $2 mil.
Sin embargo, el problema no es tan coyuntyural como parece. Raisa Banfield, vicealcaldesa de la ciudad, asegura que bajo edificios del barrio hay corrientes de agua que bien podrían colapsar con cualquiera lluvia.
‘Son lugares a donde el MOP ya no puede llegar. Eso nos hace cuestionarnos sobre cómo vamos a mejorar la infraestructura que ya está. Tenemos que tomar decisiones', plantea.
Por lo pronto, Obras Públicas ha ordenado la suspensión de toda obra en la zona. La directora de Inspección, Giolis González, pidió este viernes a las inmobiliarias entregar los planos de sus proyectos para hacer un croquis general sobre el barrio, en el que se identifique dónde están los focos de inundaciones. Condado del Rey vive con el fantasma de la lluvia.
REVISIÓN PROFUNDA
El MOP también ha pedido —tarde— a las constructoras estudiar sus sistemas de tubería frente a las lluvias que se avecinan. Octubre, en teoría, es el mes más lluvioso en el país.
‘Aún cuando nos recuperamos relativamente rápido, lo cierto es que no hemos tomado las medidas necesarias para que el sistema no siga colapsando, es decir no nos adaptamos, por lo que en el siguiente aguacero colapsamos nuevamente, en un ciclo continuo de inundaciones', proyecta el subdirector de Cambio Climático y Vulnerabilidad de la Alcaldía de Panamá, Enrique Vargas.
La Junta Comunal de Ancón ha denunciado que lo del barrio también ha sido el resultado de la ‘violación a las normas de construcción y a la falta de ética'. Juntas de vecinos aseguran que desde 2012 advirtieron al hoy Ministerio de Ambiente sobre lo que ocurría en la quebrada que originó la inundación, y su denuncia fue silenciada.
Ancón ha pedido a las autoridades sanciones contra los técnicos que aprobaron las construcciones en el barrio. Pero lo ocurrido en Condado del Rey es apenas un espejo de la crisis de la ciudad, que, dice Vargas, de la Alcaldía, ‘ha demostrado que no tiene capacidad para resistir quince minutos de lluvia' sin colapsar.
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‘La ciudad ha demostrado que no tiene capacidad para resistir 1quince minutos de lluvia',
ENRIQUE VARGAS
SUBDIRECTOR CAMBIO CLIMÁTICO, ALCALDÍA
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URGENCIAS URBANAS
La necesidad de una ciudad ‘resiliente'
¿Por qué Panamá no puede sobreponerse con velocidad y sin traumas a una lluvia de un cuarto de hora? La respuesta, explica el subdirector de Cambio Climático de la Alcaldía, es que no es resiliente: no tiene la capacidad de salir de una situación de estrés pronto.
El Consejo Municipal de la capital ha ordenado la creación de una mesa técnica de resiliencia, integrada por 12 personas, que definirán cómo la urbe debe prevenir, establecer métodos para confrontar los riesgos y proponer soluciones. El Decreto 109 de agosto de 2015 establece también que ese ente también podrá pedir a la Dirección de Obras del municipio informes sobre los permisos de construcción, para determinar si se levantarán en áreas de riesgo o si la obra hará vulnerable a la zona en la que se desarrollará.