Lo primero, para evitar, en lo posible, enfermedades, es una dieta... adecuada, saludable, correcta, balanceada, póngale el adjetivo que guste; lo importante es tener conciencia de que sí somos lo que comemos. Y, lo que comemos también habla de educación, cultura y hasta sentimientos y, por supuesto, de dinero. Mas, en lo que a dinero se refiere, si tenemos información, educación y dejamos el apetito cultural/folclórico para fechas especiales limitadas a una o dos veces por año, sabremos elegir los alimentos y prepararlos de manera saludable. Esto es muy importante. Los panameños somos, como dicen, ‘buen diente', y nuestras costumbres encierran una forma de comer poco saludable. Pues, es desbalanceada, rica en frituras, mucha sal y azúcar, salsas, pero pocos vegetales, legumbres y frutas de manera regular y sana. Habremos visto a muchos dejar la ‘comida de conejo', porque ‘nunca me ha gustado'. Hay un problema real que ya es tema de salud pública, y no solo en niños en edad escolar, pues los malos hábitos alimenticios inician en el hogar. Estamos enfermándonos por sobrepeso, diabetes, hipertensión... y todo el rosario de enfermedades relacionadas o agravadas por una alimentación inadecuada. TENEMOS que REAPRENDER a comer... pero ahora, SANO. Nos estamos enfermando casi a propósito.
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