"¡No seas egoísta, no seas egoísta!", le dijo el papa Francisco con gesto firme y sacudiendo la mano, mientras personal de seguridad trataba de protegerlo de los tironeos.
Las cámaras de televisión captaron el momento en el que Francisco se molestó con el feligrés, que al halarlo hizo que perdiera el equilibrio cuando saludaba a una multitud al término de una misa a la que asistieron unos 85.000 jóvenes.
El incidente se dio durante su visita a la ciudad de Morelia, en el estado de Michoacán.