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La oferta de Macri frente al peronismo

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No veo a Mauricio Macri, la nueva oferta alternativa que triunfó recientemente en las elecciones Argentina, poder gobernar con facilidad este país, con una herencia de más de una década de manos peronistas. Macri, un tecnócrata con un discurso sencillo y directo, logró un triunfo frente al peronismo bajo la formación CAMBIEMOS, que promete erradicar la pobreza y el narcotráfico, así como también, compensar tantos años de indiferencia y abandono hacia las provincias más pobres del norte argentino. Un país donde dista mucho una verdadera reconciliación política, que crece, pero no logra reducir su insultante pobreza, atado permanentemente a personajes, como Evita y Perón, a consignas y obscena utilización del pasado; un odio latente entre peronistas y antiperonistas. Para entender este país se requiere un somero repaso de la historia política de las últimas décadas, de los hechos relevantes, sucesos, épocas, revisar el pasado.

Juan Domingo Perón, gobernó Argentina en tres ocasiones (1946-1951), (1952-1955) y (1973-1979), hablaba al pueblo en mangas de camisa, junto a su esposa Evita, una actriz de radio teatro de estrato humilde, que le otorgó al peronismo un fanatismo y mística, un contacto con los gremios obreros y la exigencia de adhesión incondicional a Perón. El segundo gobierno se inició en 1952 y debió prolongarse hasta 1958 pero terminó abruptamente en 1955, permaneciendo en el exilio casi 18 años. Perón retorna al país con la masacre de Ezeiza.

Viene Cámpora por 49 días. Lo sucedió Isabel Perón, la tercera esposa del caudillo y vicepresidenta de la Argentina en el momento que muere Perón, el 1 de julio de 1974. Una presidencia manipulada y controlada por el cabo retirado López Rega, que organizó el terrorismo del Estado impuesto por Perón y las masacres perpetradas en manos de la organización criminal la Triple A. Surge el ‘Proceso de Reorganización Nacional' adelantada por la dictadura militar que gobernó la Argentina de 1976 a 1983, perpetrando crímenes perversos, ejecutando y desapareciendo a miles de opositores, representando una era aún no cicatrizada de la violencia política que sufrió este País.

Ascendió el Radicalismo con Raúl Alfonsín, hombre integro, de fuertes convicciones, enemigo del peronismo, quien inicia los juicios contra las Fuerzas Armadas, al inaugurar su Presidencia. Se encuentra con una burguesía burocrática enquistada, difícil de erradicar, cuyos principales protagonistas se han acomodado en los vericuetos estatales donde han prosperado como militantes del partico justicialista. Esos mismos funcionarios que se encontrará Macri, que cobran gruesas remuneraciones estatales solventadas por el Tesoro Público; peronistas que les resulta difícil despegarse de la ubre de la función pública.

Triunfa Menem (1989), que brotó de la nada y que los argentinos le renovaron su confianza permitiéndole un segundo período (1995), que culminó con la destrucción de la industria Argentina y la privatización y venta a precios ridículos de las mayores empresas publicas de este país; los indultos concedidos a más 290 procesados, el de los crímenes sin resolver (AMIA). Fue la época que sobrevino la catástrofe económica y social con el reclamo ‘que se vayan todos', donde los argentinos vieron reducido significativamente sus ahorros en el año 2001. Era la época de los tres presidentes en menos de un mes (De La Rúa, Rodriguez Saá y Duhalde). Arriva entonces el auge Kirchenista, con un crecimiento de la economía por los milagrosos precios de la soya, gobernada primero por Néstor, quien alternó el ejercicio de la Presidencia con su esposa Cristina, que logran gobernar el país por más de 12 años. Fue una década de una agenda de izquierda, caracterizada por una guerra contra los medios, el FMI y el campo argentino, con las retenciones a las exportaciones de granos. Un gobierno con un discurso confrontativo y una ofuscada retorica. Era común el lenguaje prostibulario, que se nutre de mentiras, insidias y descalificaciones sistemáticas.

El peronismo sigue vivo, con casi la mitad de la población a su favor, una militancia unida a la pasión, omnipotente y que hostiga a los opositores, con un apoyo indiscutible de los gremios y confederaciones de trabajadores, un Congreso con mayoría y una fabulosa mistificación perpetrada por quienes gobiernan. Con esto deberá enfrentarse Macri. ¡Ojalá! pueda cohabitar con ello, pues los argentinos se merecen vivir mejor. Que los momentos tormentosos se disipen y vengan etapas plácidas.

ABOGADO


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